"El secreto de la felicidad no consiste en tener siempre más, sino en desarrollar la capacidad de apreciar con menos. "(El Guerrero Pacífico.)
Estas últimas semanas primaverales siguen llegando cargadas de incertidumbres e interrogantes (desde hace ya meses), y vienen a su vez acompañadas de cielos azules y días luminosos, que son los culpables de que la libreta de deseos y proyectos, siga su curso natural, "engordando" y aumentando tanto las páginas en blanco de las hojas donde vuelco mis locuras y "ciclosofadas" a golpe de tinta azul y negra, como las ansias y las ganas de salir a pedalear por esos mundos "inciertos".
Después de varios días dándole vueltas hacia donde ir... que caminos recorrer, por donde quiero pedalear, cual sería la mejor ruta; son tantas las ganas de volver a disfrutar de una MICROAVENTURA, que no acabo de pensar con claridad, por lo que decido hacer caso a la sabiduría popular, y dejarme llevar por la primera idea que me vino a la cabeza en éstos días, realizar una ruta de Bikepacking disfrutando de los paisajes de proximidad, en solitario, sin tienda, saliendo (y llegando) pedaleando desde casa, sin utilizar la comodidad del coche para los desplazamientos, y por supuesto, como ya es algo habitual y "espontáneo" en mí, sin planificar paradas ni donde voy a dormir. El Camino proveerá.
Dicho y hecho. Manos a la obra: material, comida y bolsas a punto (no sin algún que otro "pequeño dolor de cabeza"), saliendo desde casa para subir a un tren que me acercará a la zona de la ruta escogida, que no es otra que la suma de la ANELLA VERDA de VIC (versión extended) más la denominada ruta VAN OSONEN, que une las ciudades de Barcelona y Vic, sólo que yo la abandonaré, ya de regreso, a la altura de los caminos y senderos que me llevarán de nuevo hacia la puerta de mi guarida.
DÍA 1
Recorro mis primeros 25 kms para llegar hasta la Garriga, donde cojo el tren que me dejará en Balenyà (Tona i Seva) punto en el que inicio mi particular versión de la ANELLA VERDA.
Ésta ruta es un circuito natural ciclable 100x100 alrededor de la ciudad de Vic, que recorre una serie de emplazamientos y lugares de alto valor ecológico, paisajístico, histórico y cultural que permite valorar y saborear a ritmo Sinprisero, la periferia de la ciudad, disfrutando de los rincones de la Plana de Vic.
Yo la hice en sentido horario, acercándome primero hacia la zona de Tona y rodeando lo que queda de su "castillo", pasando por el Pla de Tona hacia Múnter, Malla, Sant Martí de Sentfores, pasando por Sant Ramón antes de cruzar la C-25, para llegar hasta el punto más al Norte y entrar por el ya "clásico" Club de tenis Vic. Al ser día festivo, el tema pandemia, más la hora a la que paso, las calles (carril bici) están desiertas al más puro estilo película de CF.
Atravieso Vic por la zona del cementerio, el seminario y llego hasta el Puig dels Jueus, antiguo cementerio de los judíos que vivían en Vic. Hoy en día es una zona muy agradable que han recuperado de forma medio ambiental, plantando especies autóctonas de la zona (robles, encinas, sauces, etc ) recuperando un molino eólico más pozo y depósito de agua, y que es perfecta para tomarse un descansillo rodeado de tanto verde (a pesar de los cercanos polígonos que hay por la zona)
Sigo en sentido Este hacía mi particular versión "extended", no sin parar en el archiconocido y fotografiado Pont d'en Bruguer, puente de origen medieval que permitía el paso por encima del río Gurri hacia las Guilleries. Sigo ruta hacia Folgueroles, bonito pueblo famoso por ser lugar de nacimiento del poeta catalán de finales de 1800 Mossén Jacinto Verdaguer (pero también de Nani Roma ).
Desde aquí hasta San Julià de Vilatorta, lugar en el que vale realmente la pena parar y curiosear alguno de los puntos de interés histórico de la Ruta del Aeródromo de Vilatorta, en un itinerario circular de unos 11 kms, que recorre los diferentes restos de las instalaciones que componían éste enclave, bastante activo en tiempos de la Guerra Civil española (refugios, hangares, polvorín, etc.)
Sigo mi "periplo" pedaleando por pequeñas y solitarias carreteras de uso local y agrícola, en dirección Suroeste: Sta Eugénia de Berga, El Gurri (Taradell), la ermita de Sant Joan del Prat y de nuevo entro en Tona por un camino de tierra, que me deja cerca de una gasolinera en la que decido parar a comer alguna cosa en la pequeña zona de "Pikenike" (pic-nic) que tiene al lado, y comprar una botella de agua y la cervecita de rigor para la cena.
Ya "saciado", comido, limpito y "escoscado", seguimos con Trinity (mí bici mestiza), dirección Sur, pero ya con la idea de comenzar a buscar lugar para pasar la noche. No me gusta (si no es necesario) apurar las horas del día; prefiero dejar unas horas de luz para poder saborear la calma, la esencia y las imágenes con las que me he ido impregnando durante todo el día.
A ésta altura es donde decido cambiar de track, para seguir el de la RUTA VAN OSONEN (RVO), que en su origen sale de Barcelona para llegar a Vic, evitando la molesta C-17, totalmente desaconsejable para bicicletas, y que va buscando alternativas mucho más seguras y protegidas, ideales para cicloides Sinpriseros. Yo la hago en sentido inverso que me va ideal para la ruta que tenía planificada (además de que hay mucha más bajada, y menos tramos exigentes como en sentido Sur-Norte).
Sigo pedaleando por Hostalets de Balenyà, y al salir pongo en modo ON mi radar de seguimiento de tecnología "intracelular" AVDCD (A Ver Donde Cohones Duermo), no sin antes hacer una parada (en versión rezo de socorro) en la Iglesia de la Mare de Dèu de l'Ajuda (creo que no hace falta el "transleitor" ).
Y vaya sí me sirvió la parada y la "plegaria". Mientras sigo por pistas de tierra, mi mirada ya se iba enfocando en unos bosques que veo algo más arriba, a las faldas del Roc del Castellar. (Cerca hay una de las vías ferratas que más se realizan por estos lares). Diviso una zona que me parece la idónea, dejo la bici, inspecciono y repaso mentalmente mi pequeña lista personal de "imprescindibles" para la pernocta, y decido que sí, éste es el lugar.
El Camino me ha proporcionado el sitio ideal (sin agua natural cerca) pero bajo árboles, con vistas sobre el Montseny, al abrigo de las posibles miradas de caminantes o excursionistas, y además con una "estructura" básica (muy básica) de lo que seguramente pretendía ser una cabaña hecha con ramas, lo que me dará algo más de refugio y opciones para colocar mi Tarp Tent.
Silencio, alguna foto, meditación contemplativa, escuchar, sentir, una frugal y sencilla cena a base de Noodles con queso y un tomate, acompañados de una clarita, pero dejando espacio para una infu de jengibre y un trozo de turrón de café.
El placer de las cosas sencillas.
DÍA 2
Me levanto bastante descansado, contento, sonriente, en calma. Las cosas sencillas, el saber apreciar y degustar lentamente los agradables matices de la Sinprisologia, dejan éstas divinas "secuelas".
Las mañanas antes de pedalear, suelen ser muy "Slow Life"... contemplar, desayunar, preparar las bolsas, 4 estiramientos, contemplar de nuevo.. vestirme, últimos preparativos, revisar la bici, Gps a tope de batería y a punto... agradecer al bosque y a los Dioses por haberme ofrecido éste lugar, y dejarlo todo en mejor estado que cuando llegamos.
Vuelvo sobre mis pasos, y recupero, en una sencilla y deliciosa pista de bajada con vistas sobre la cima del Puigsagordí (lugar que es el final de la ferrata Baumes Corcades y punto de despegue de parapentes), la ruta de la RONDA VAN OSONEN (RVO), por la que transitaré unos cuantos kms hasta los caminos por los que me desviaré para llegar hasta casa. Pedaleando y sin problemas llego hasta Centelles. Parada y foto obligada en el original monumento y escultura del ingeniero y urbanista Ildefons Cerdà, al cual se le considera como el padre del urbanismo moderno.
A partir de aquí y hasta la Garriga, entro en terreno desconocido para mí, (toda la ruta del día anterior me era ya bastante familiar, al haber vivido durante muchos años en Osona), pero por debajo de Centelles, ya no lo conocía tanto, a excepción de dos lugares, pero ya anticipo que me sorprendió muy gratamente. La primera parte, como en todo gran pueblo o pequeñas ciudades, transcurre por las solitarias calles de algunos polígonos industriales, en estos días festivos totalmente deshabitados y en una "inquietante" tranquilidad.
Una vez ya fuera de la zona industrial, vamos resiguiendo el GR-5 entre caminos de tierra, cielos limpios y azules, la calma que transcurre en éste lugar, todo ello pedaleando en suave subida, por el camino que une Centelles con L'Abella, mientras voy disfrutando de las preciosas vistas sobre el Pla de la Calma y el Tagamanent. Más tarde llegamos a la ermita y el pequeño cementerio de Sant Pere de Valldaneu (zona en la cual existe una pequeña pero coqueta escuela de escalada, La Soleià).
Sigo disfrutando de ésta parte, hasta llegar a un punto en que pondremos a prueba como teníamos el estado de nuestros frenos, fuerte bajada con firme un tanto "pedregoso", y en dónde me reafirmo en lo acertado de la decisión de hacerlo de Norte a Sur, mientras voy "catando" el desnivel que se ofrece ante mí durante poco más de 1km (de subida prefiero no pensarlo).
Cruzamos sin más un paso a nivel y llegamos a la ermita de Sta Eugénia del Congost; mientras vamos pasando de un lado al otro del río, mezclando pistas y caminos de tierra con trozos de asfalto más rotos para llegar hasta el Figaró, donde después de la zona de la piscina, nos "metemos" por un estrecho sendero llamado Camino Fluvial del Congost, nombre del río que nace en el límite de la Plana de Vic, que nos acompaña desde ayer, y que tendremos de compañero de ruta en casi todo momento hasta Granollers. Muchos kms más abajo se une al Mogent, punto que da nacimiento y nombre al río Besós, el cual llega hasta las playas de Barcelona, desembocando en nuestro querido Mediterráneo.
Éste tramo cuenta con algún tramo más "técnico", que se pasa sin problemas; pero al ser un camino más conocido que llega hasta La Garriga (población mucho más grande) y que es un día festivo, está algo más frecuentado de lo esperado.
A partir de aquí tramos ya más conocidos y ciclados de forma habitual, aunque si que os recomendaría un paseo por la ciudad de La Garriga. Vale la pena visitar la Vila Romana de Can Terrés, la iglesia de la Doma o la ermita de Sta María del Camí, además de algunos de sus balnearios y edificios modernistas.
Otro lugar que han renovado, y que sorprende es la zona del Parc del Falgar, ya en la ciudad de Granollers, lugar por el que podemos pedalear por muchas y diferentes opciones, al existir varias alternativas de caminos de tierra. Aquí no me me entretengo demasiado, aunque decido permitirme el momento Sinprisero del día, y entro al corazón de Granollers, para hacer una foto de la "mestiza" junto a la estatua del PATUFET, un conocido personaje de la cultura popular infantil catalana.
Hago la foto y salgo "escopeteado" de la mezcla de hormigón y antenas, ya que les tengo una cierta "alergia".
Aquí ya abandono la RVO, y como voy bien de tiempo y ganas, decido aventurarme un poco más, en busca de unos caminos de tierra que hace tiempo que no transito, evitando así el asfalto de ésta zona, y aunque en algún momento me "despisto", voy redescubriendo alguna cosa digna de mención como la Glorieta de la Miranda d'en Puntes, o un extraño, inesperado y asalvajado sendero que rodea una aislada urbanización, por donde ya me voy acercando (aunque todavía con grandes dosis de atención y con mis dotes de orientación funcionando a tope en modo MODERN WARFARE), al punto al que quería llegar para, ésta vez ya sí, pedaleando sin prisas por agradables caminos y senderos conocidos, aunque con algunas rampas durillas, llegar de nuevo hasta la puerta de casa.
EPÍLOGO.
Dos días de Micro Aventura, de saborear las cosas sencillas y quitarle importancia a los números o a los kms recorridos, de dejar que sea el camino quién te guie y te proporcione esos momentos para cubrir nuestras necesidades más básicas, de seguir dándome cuenta de que no hace falta realizar grandes viajes, cuando la belleza la tenemos rodeándonos y a la vuelta de la esquina; dos días de seguir aprendiendo, creciendo, y como dice un buen amigo, ciclista y bikepacker: "Dormimos fuera porque nos sienta bien por dentro."
Salud y montañas.. !!!