Los Otoños suelen ser épocas de cambios en mi vida , de rebuscar entre baúles para retirar lo viejo y esperar la llegada de lo nuevo , de los fríos, de las nieves... de la Primavera...
Estos días , de vuelta a casa de nuevo , reabriendo divertido cajas llenas de vinilos , libros que buscan su lugar entre alguna de las estanterias , y mientras alimentaba la chimenea con algunos restos de libretas y cartones viejos , entre una montaña de viejas hojas , se me rebeló a dicho destino el contenido de unas hojas escritas y guardadas en una de mis viejas carpetas de cartón . Me llamó la atención uno de los textos escritos y guardados , un viejo escrito en que hablaba sobre el Otoño , y que él mismo Otoño se ha encargado de recuperar y de darle otra oportunidad de nuevo...
ATARDECE QUE NO ES POCO
Recorriendo caminos, arterias primitivas que tan bien conoce la noche del jabalí blanco...cicatrices de colores, grises , naranjas, amarillos y verdes...formas redondeadas por la noche de los tiempos , por el viento, por el SILENCIO...
El atardecer hace acto de presencia..(como SU recuerdo...). Busco una buena "localidad", la cual ya ha sido reservada con la suficiente antelación, y desde la que me dispongo al placer de ser testimonio solitario del espectáculo de la "hora violeta". Cielo ,tierra, montañas , estrellas y un "gajo" de Luna, danzando a un mismo ritmo, marcado por el diapasón del latido de la Madre...las pulsaciones del magma...por el suave y tímido ritmo del SILENCIO.
"Sabes que cada valle, cada montaña, cada roca, cada fisura...poseen su SILENCIO...??? " ( me decía mi abuelo al oído ) .
Cuando los SILENCIOS se unen , se abre el cielo y como un "geiser", se abre el núcleo de la respiración de las Montañas. El último guiño de Sol y la primera caricia de la Luna, me contemplan al mismo tiempo que miro las Montañas, esos seres dramáticos, llenos de vida, con los ojos verdes, emocionantes... cálidas, infinitas....son de ese tipo de seres de los que se nutren los ojos y el alma... Ellas me miran con ojos tiernos, en una mirada mezcla de juego y complicidad...una complicidad que cumple ya muchos años y que al recordarla, se me clava con fuerza en el estómago. Se callan y lo entiendo todo.
Las Montañas, su cuerpo, llenos de caminos serpenteantes y frescos, mezclas de romero y menta, hinojo y canela...me invitan...( parafraseando a mi cronopio preferido...Cortázar...)
" a querer conocer más caminos y más aromas...y nunca saber cuando acaba uno y donde comienza el otro...ni quién es camino ni quién caminante.."
Las formas redondeadas de las Montañas me seducen, necesito acariciarlas y latir a su ritmo, con su SILENCIO .. Y siento envidia al ver a la Luna, como acaricia y se posa en esa cadera rocosa...Ya oscurece...Las estrellas comienzan a perforar la noche mientras miro el SILENCIO,
el cuál sube cada vez más alto...(él también quiere acariciar las Montañas.)
Respiro..largo y hondo..me tomo un sorbo de tiempo, bebo secuencias de un anochecer mil veces milenario, salvaje dulzura , que me acompaña junto a un aire repleto de aristas, de cimas, de diedros y de fisuras, de granitos y de calcáreos llenos de arrugas que delatan su antigüedad...
Por un momento se me detuvo su aire y su SILENCIO...eso me recuerda ... :
"sólo cuando la Libertad se unía con las Montañas , se realizaban ambas..." (James Cowan)
Escribo todo esto, cerca ya del duermevela, lugar desde el cuál más me abrazo a las Montañas...
y me bebo el último sorbo de una infusión de romero , con el mismo deseo con que las sueño.... BONA NIT.
"Y saber que estoy viajando hacia ningún sitio en concreto, me da valor para abandonar cualquier pretensión de que sigo un rumbo..."(James Cowan).
Un cronopio ...