Después de horas de esfuerzo, de pedalear al ritmo de la vida, de jugar con raíces y senderos de vértigo, de disfrutar de los bosques perennes, de llegar hasta la cima de esa montaña eterna, de sentir el viento, de sentirse vivos, de complicidades; se abrazan, hacen unas fotos, un trago de agua, unos minutos de silencio ...
Es hora de bajar. Cada uno es un mundo. Cada uno persigue su camino.
Al llegar abajo se quitan guantes y casco, la móchila con el Camelback, se cambian el calzado, ropa más cómoda, sonríen al verse los rasguños en las piernas. Suben al coche...
Y así, lenta y progresivamente, van volviendo a ser aquello que no son...
PD. No seria justo omitir la fuente de inspiración de este cuentito .
La lectura del poema "Amor 77 " , escrito por el "padre de los cronopios " .
1 comentario:
Somos y no somos y a la vez, somos un todo y una nada.
Vibra siempre!
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