TIEMPOS MODERNOS...

Cómo no recordar con cariño esa entrañable película de Mister Charles Chaplin ..???

Cada vez que me subo al tren, en el metro, me encuentro de nuevo con los seres sin sonrisa, grises y distantes, y veo que se hayan inmersos cada uno en su "paraíso" particular de tecnología, super-megas, archivos MP3 (ó 4.. ) y otras palabras de díficil pronunciación para los habitantes que bajamos de las montañas.

Sin ir más lejos, todos los días podemos encontrarnos a una nueva raza de seres que viven conectados, de forma apresurada, a su Black Berry... ( interrumpiendo, a base de sonoros "clicks" desordenados por todo el vagón, la posible calma y silencio que podía reinar a esas prontas horas de la mañana en la que uno se sube algunos días al tren.)

A mi izquierda una mujer se pelea de forma desenfrenada y alterada con algún juego en su móvil, más allá dos tipos comparten en silencio, auriculares y película en su PSP... a mi derecha asoman un par de E-books...al fondo un miniordenador, y a lo lejos, entrando por la ventana del vagón, el sol que va cobrando vida, exultante y lleno de color, sin conseguir llamar la atención de la mayoría de viajeros, náufragos de su propio silencio y de su soledad tecnológica.

Y esto qué tiene que ver con nuestra actividad...???

También la tecnología invade algunos aspectos y momentos de nuestras montañas. Quizás por ahora la escalada sigue un tanto al margen de estos tiempos modernos, aunque cada vez más puedo ver a montañeros y escaladores, a píe de vía, consultando los croquis que se han descargado en los móviles, Black Berrys.. I-Phones.. Smart-Phones...etc..

Pero donde tengo la sensación de sentirme como el "Último mohicano" ( y muy a gusto, eso es cierto ) 

es entre el ambiente cicloide ( tanto "muntánbikero", como el "carreteiro".. )

Por poner un ejemplo: hoy en día ya no basta con llevar un cuentakilometros para que te indique los kms., la velocidad, un cronómetro.  Hasta hace unos años, esto bastaba. Ahora podemos ver manillares que parecen sacados de un laboratorio experimental de la NASA..

El cuentakilometros inalámbrico de ultimísima generación, el pulsómetro, el GPS ( y por supuesto la Black Berry en el bolsillo trasero del maillot...por si acaso. )

Hasta hace poco, los que salímos con pulsómetro, teníamos más que suficiente con un aparato que nos marcaba las pulsaciones ( para realizar salidas, que no entrenos, de cierta calidad )

Hoy en día, si quieres entrenar con "calidad", deberás incluir un aparato que mide la cadencia del pedaleo ( cantidad de vueltas que dan los pedales por minuto... ) aunque cada día más ( y según que ambientes ) ahora nos hablan de Watios por hora... :-(((

Y no os cuento la cantidad de programas de descarga de entrenos, rutas y demás virguerias para poder compartir y ver con claridad toda tú actividad reflejada en la pantalla... ( la velocidad, la media, el pefil altigráfico, como estaban tus pulsaciones en cada km y momento de la ruta, etc...)

Me pregunto, dónde quedan aquellos instantes en los que salíamos a "entrenar", mapa en mano y brújula, e intentábamos reconocer cuál era la dirección correcta...??? Dónde están aquellas fundas de plástico con velcros en los que llevabámos los mapas en el manillar para que no se mojaran...??? Ese "entrenar" por sensaciones... ( aunque ya habido quién ha modernizado la palabra sensaciones.. y si queremos estar al día , el término correcto es "entrenamiento según la escala de percepción del esfuerzo o escala de Borg".. )

Quizás, vuelvo a decir, la escalada todavía se mantiene un tanto al margen de la concepción de aparatos para realizar la actividad ( aunque seguro ya hay alguién trabajando en unas gafas, tipo visión nocturna, que además de protegerte la vista de los rayos UVA, puedas ir consultando ( "in situ" ) la reseña de una vía de Terradets, mientras te calcula el consumo de calorías y tú VO2, a la vez que te muestra, en una pantallita, con fotografías de Google Earth, los agarres y presas de la secuencia de movimientos finales que te llevarán hasta la cumbre. )

A pesar de reconocer la utilidad de algunos de estos aparatejos, pero de resistirme a sucumbir a su utilización, y sin dejar de lado el seguir disfrutando por SENSACIONES, me gustaría lanzar un grito al cielo, una invitación a todos aquellos que sin querer, se han convertido al esclavismo de los teclados diminutos :

Intentar desconectaros de esos aparatos por unas horas, no recurrir a ellos durante nuestras pequeñas aventuras, nuestros momentos de LIBERTAD, volver a disfrutar de la caricia del aire, sin tener que estar pendientes de la cantidad de cobertura del dichoso aparato; volver a notar el frescor de los caminos ocultos, disfrutar de nuevo de los píes de vía vacíos de politonos y sintonias musicales de móviles, de escalar por el placer de escalar, de pedalear por el puro placer de recorrer largas distancias e impregnarnos de los olores de los campos que nos rodean, por las vistas que nos esperan al llegar arriba, de bajar por un sendero sin tener ni idea de hacia donde nos llevará, de recorrer montañas con la sola compañía de un mapa y una brújula, de sentir la música del viento, la sinfonía de rocas y nubes, la melodía de árboles y helechos, el susurro ancestral de un riachuelo, su frescor.

Que la única cadencia sea la de nuestro corazón mientras sonríe y se siente VIVO...

Que a pesar de seguir introduciendo y devorando datos e información y megapixels, en todos esos aparatos que nos rodean, debemos darnos cuenta, de que como dijo el filósofo, Jorge Santayana :

La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.